viernes, 5 de octubre de 2007

Reinas tóxicas

Ana María Salazar
5 de octubre de 2007

El martes pasado fue detenida Sandra Ávila Bel-trán, de 42 años, mejor conocida como La Reina del Pacífico. Ella acaparó la atención mediática no sólo por su belleza y su constante sonrisa, sino por sus respuestas coquetas, en las que aseguraba ser “un ama de casa”. ¿Será Sandra la punta del iceberg? Poco se ha analizado la creciente participación de la mujer en estas organizaciones del hampa, incluso cada día subiendo en el escalafón criminal.


Y es que así como cada día vemos más mujeres políticas, cirujanas e ingenieras, también el liderazgo femenino está extendiéndose desafortunadamente hacia el crimen. Tan sólo en la lista de los más buscados de la PGR aparecen 10 mujeres. Seis han sido detenidas y figuran como fugitivas tres: Sandra Ávila Beltrán (recién detenida); Ana Cristina Monje Aguirre y/o Linda Pánuco Olson, alias La Cristina o Escarlet, acusada del delito de homicidio calificado en Baja California; y Rosa María Sánchez Guerrero, por el delito de fraude.


La presencia de la mujer en los círculos del narco ha pasado rápidamente de mujer “objeto sexual” a lideresas igual de poderosas y peligrosas que cualquier hombre al mando de un cártel. La presencia de las hermanas Amezcua Contreras, que lideran el cártel de Colima, o de Ivonne Soto Vega La Pantera, de la organización de los Arellano Félix, detenida en 2003, confirma que la presencia femenina ha llegado con fuerza. También está Enedina Arellano Félix, quien luego de la muerte de su hermano Ramón, y de la detención de Benjamín y de Francisco Javier El Tigrillo, heredó el cártel de Tijuana, e incluso ella podría considerarse la “emperatriz” dentro del escabroso mundo del narco.


¿Son ellas los nuevos estandartes de la lucha de género? Claro que no. Pero no debería sorprendernos que en nuestro México, lejos de ver a estas mujeres como delincuentes, puedan convertirlas en ejemplos para nuevas generaciones. Y es que ese poder y las grandes fortunas fácilmente pueden deslumbrar a cualquiera, particularmente a mujeres jóvenes que no han encontrado, en otros ámbitos, el reconocimiento y oportunidades.


Máxime porque hoy en día el consumo en las adolescentes y mujeres ha aumentado de manera alarmante. Tan sólo de 2000 a 2006 el incremento en el consumo de drogas por parte de las mujeres fue de 2.8% a 8.4%, según informes de Encuesta Escolar de Adicciones 2006, elaborada por el Observatorio del Delito de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD.) El estudio se realizó en el último trimestre de 2006 entre jóvenes de 14 a 17 años de los estados de Nuevo León, estado de México y Colima.


El incremento en el consumo de metanfetaminas es probablemente más evidente, ya que en 1991 las mujeres alcanzaban apenas 1.1% y en 2006 alcanzó 3.6% de la población femenina. Y como si el incremento en el consumo por parte de las mujeres no fuera suficiente, se ha encontrado una rela-ción entre el consumo de drogas y alcohol con trastornos de la alimentación como bulimia y anorexia.


Entonces estamos hablando aquí de tres problemas, dos de salud pública (adicciones a drogas y trastornos alimenticios) y otro de seguridad (mujeres líderes de cárteles), pero que están intrínsecamente ligados uno respecto del otro. El gobierno federal y los locales, así como las instancias de salud, deben implementar campañas más agresivas y efectivas para prevenir y erradicar el consumo; además, la sociedad en general debe participar en ello. Las políticas públicas del Estado, los esfuerzos de la sociedad civil y las campañas mediáticas requieren de un claro reconocimiento de las diferencias de género y de los grupos de edades.


Hablando de mujeres tóxicas, les dejo este chiste que me mandó un lector: Un hombre y su esposa están por acostarse.


El esposo, parado frente al espejo, se da una mirada y comenta...


¿Sabes, querida? Me miro en el espejo y me veo tan viejo... Tengo arrugas en la cara, los pectorales los tengo aguados, las piernas gordas y los brazos flojísimos... la panza no se diga.


Se da entonces vuelta y mirando a su esposa. Continúa: Anda, sé buena esposa y dime algo que me haga sentir mejor...


La mujer piensa un momento... y le contesta: Bueno, mi amor... no te preocupes... por lo menos ¡la vista no te falla!



salazaropina@aol.com

www.anamariasalazar.blogspot.com


Analista política

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